LOS SÍNTOMAS
Síntomas Físicos: Palpitaciones, falta de aire, opresión en el pecho, temblores, taquicardia sudoración, náuseas, molestias digestivas, vómitos, alteraciones de la alimentación, cansancio, rigidez muscular y tensión, sensación de mareo e inestabilidad, hormigueo. Cuando la ansiedad es muy elevada se producen alteración del sueño, alimentación y de la líbido en la respuesta sexual.
Síntomas Psíquicos: Agobio, inquietud, se tiene sensación de peligro produciendo ganas de huir y/o atacar. Inseguridad acompaña de sensaciones de vacío, pérdida de identidad, sensación de extrañeza o despersonalización, no reconocerse a uno mismo y dificultad para tomar decisiones. En casos de ansiedad muy elevada pensamientos obsesivos con temor a perder el control, la muerte, volverse loco, estar enfermo y celos.
Cambios Expresivos: Estado de alerta e hipervigilancia, que provoca rigidez y torpeza en el movimiento. Reaccionar de forma impulsiva en modo de ataque. Mostrar inquietud y dificultad para relajarse y descansar. Bloqueo en la cercanía con personas dificultando el contacto físico. Bruxismo a causa de la tensión en la mandíbula, tensión de la musculatura.
Dificultades Cognitivas: Problemas para mantener la atención, concentración aumentando problemas que se pueden corregir en la memoria con aumento de despistes. Pensamiento negativo, evitativo, rumiación y distorsión de pensamientos. Inseguridad e incremento de duda acompañado ocasionalmente con necesidad de refuerzo externo. Sobreadaptación y perfeccionismo. Susceptibilidad, preocupación y exageración. Estos síntomas pueden estar en dicotomía con la persona que los entiende racionalmente pero no puede evitarlos.
Consecuencia social: Dificultad para estar en contacto con más personas, irritabilidad, problemas para iniciar o mantener una conversación. Quedarse en blanco y sin palabras, problemas para dar opiniones propias, evitar el conflicto, miedo al rechazo y exceso de empatía. En algunas ocasiones verborrea y miedo a quedarse solo y sin cuidado.