La etiología del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es oficialmente desconocida, aunque es uno de los trastornos psiquiátricos y psicológicos más frecuentes con una prevalencia aproximada del 3% de la población general y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de las 20 enfermedades más discapacitantes, aún así, existe una gran evidencia de que se debe a múltiples factores como son la predisposición genética, los factores ambientales y el factor determinante o detonante (vivir o haber vivido circunstancias traumáticas o situaciones de estrés crónico).
El Trastorno Obsesivo Compulsivo suele hacerse evidente durante la adolescencia o principio de la edad adulta, siendo común en etapas precoces de la infancia (de 6 a 15 años). El transcurso del TOC, exceptuando algunos casos de inicio agudo, suele ser gradual. Las investigaciones del National Institut of Mental Health demostraron en el año 1992 que la edad media de aparición del TOC se sitúa en los siete años.
Entendemos las Causas del Trastorno Obsesivo como un conjunto de factores que generan altos niveles de ansiedad siendo la obsesión síntoma de ellos inhibiendo funciones instintivas y en su lugar construyendo a cambio, erróneamente, estructuras mentales para adaptarse al miedo.
Un niño o un adolescente que tiene Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) está viviendo con mucha ansiedad, es decir, con miedo. La ansiedad se podría explicar de forma sencilla como un mecanismo natural que se activa en situaciones de peligro para protegernos. Estar en alerta. Cuando se viven situaciones difíciles, se tenga conciencia o no de ellas, podríamos decir que se dispara una y otra vez hasta generar mecanismos para que no vuelva a suceder.
Pensar mucho, evitar hacer ciertas cosas, generar una fantasía entorno una suma bien hecha y así transformar una cosa ‘mal hecha’. Cada obsesión se construirá de una forma particular ya que están influenciadas por el aprendizaje, la experiencia, la interacción con sus primeros núcleos como es la familia y escuela y las condiciones biológicas y físicas de la persona.
A la hora de tratar el trastorno, hemos de tener en cuenta la experiencia traumática como puede ser una muerte, situaciones violentas, bullying una separación… Para elaborar cambios significativos en la obsesión y ansiedad del niño. Parte de la terapia se basa en desarrollar las capacidades necesarias para vivir sin esos niveles de ansiedad tan altos.
- Trabajar con la familia
- Potenciar aspectos sanos
- Aumentar experiencias positivas
- Aprendizaje
- Aumentar sensaciones de placer
- Reducir el control
- Protección
- Autodefensa